jueves, 3 de marzo de 2016

03.03

Tuve un sueño.

En él te veía con nitidez. Estabas allí conmigo. No recuerdo dónde; eso no importaba. Sólo sé que el tono naranja del atardecer se reflejaba en tus ojos. Estoy casi segura de que ya lo hemos vivido.
Parecías libre, sin preocupaciones. Y sonreías, tanto que casi se te cerraban los ojos. Me cogías de la mano y estudiabas las líneas de mi palma, fingiendo leerla. Pretendías concentrarte y conectar con las fuerzas sobrenaturales. Y leías un futuro juntas.
Mientras reía contigo deseé que esa falsa predicción se cumpliera.
Parecía una película. Cada movimiento, cada detalle, todo amplificado, a cámara lenta para poder disfrutarlo más tiempo. Y por primera vez entendía esas escenas de las películas; entendía esa felicidad que venden.

Me desperté en la oscuridad. Por un breve momento seguí soñando despierta sobre esa felicidad. Al notar el frío de la cama me di cuenta de que sólo había sido eso, un sueño.

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